Pasado los 40 años de vida,
he aquí lo que e aprendido:
El tiempo pasa.
La vida continúa.
La distancia separa.
Los niños crecen.
Los empleos van y vienen.
El amor se debilita.
Las personas no hacen
lo que deberían hacer.
El corazón se rompe.
El amor acaba.
Los padres mueren.
Los colegas olvidan los favores.
Las carreras terminan.
Mas, los verdaderos amigos
siempre
están ahí,
no importa a cuanto tiempo
o a cuantos kilómetros se encuentren.
Un amigo nunca está más distante
que el alcance de una necesidad,
haciendo
barra por ti,
interviniendo a tu favor,
esperándote de brazos abiertos
o
bendiciendo tu vida.
Cuando iniciamos esta
aventura llamada VIDA,
no sabíamos de las increíbles
alegrías
o tristezas que estaban delante.
No sabíamos de cuanto
necesitaríamos
unos de otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario