En el último post terminábamos con
la anécdota del anuncio de la cerveza
La Mezquita elaborada por El
Águila,
en la que aparecía un jeque árabe con una jarra de cerveza y la
leyenda
‘El Corán lo prohíbe pero es tan exquisita…’
¿lo recordáis?.
Os
contábamos que esta publicidad había creado un conflicto diplomático
pero no habíamos llegado al final de la historia.
Y es que… no hubo más
historia porque el asunto se zanjó
con la retirada de estas placas.
No
es de extrañar entonces que esta pieza se haya convertido
en un objeto
muy cotizado entre los coleccionistas cerveceros.
Hoy vamos a seguir
hablando de objetos cerveceros de deseo,
es el turno de etiquetas, las
botellas y latas.
El coleccionismo de etiquetas de cerveza
es el más popular
y extendido entre los cerveceros.
Para encontrar las
etiquetas más codiciadas hay que remontarse a finales del siglo XIX
y
principios del XX, donde aparecen algunas piezas que son verdaderas
obras de arte,
realizadas con métodos de impresión prácticamente
artesanales
y dibujadas por auténticos artistas.
A mitad del siglo XX con la aparición de
las botellas
serigrafiadas surgió un nuevo objeto de colección.
Precisamente las botellas serigrafiadas
que se pusieron de moda en la
España de los años cuarenta, cincuenta
y sesenta son las más buscadas
porque a diferencia de las etiquetas,
se conservan mucho mejor.
Estas
botellas además solían llevar en el anverso diseños puramente
publicitarios,
reservando el reverso para los premios obtenidos por una
determinada marca
o sus cualidades más destacadas
Y otro de los envases característicos de
la cerveza, las latas,
tampoco podían estar al margen del universo
coleccionista.
En el restaurante La Fábrica de la Cerveza de Madrid
se
puede contemplar la lata más antigua del mundo,
pertenece a una de las
colecciones más importantes de España,
la de los hermanos González
Rossi. Esta lata se comercializó en 1935
y es de la cervecera
estadounidense Krueger.
En 1966 apareció en el mercado la primera
cerveza española en lata,
de la marca Skol, elaborada por la ya
desaparecida cervecera La Cruz Blanca.
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