Sueños…
momentos en los que aquello que anhelamos
y deseamos desde lo más profundo de nuestro ser se hace realidad.
Esperanza…
esa sensación que nos hace creer
que a pesar de todo lo malo que nos rodea aún
es posible tener un final feliz.
Llanto…
la única forma de expresión que no necesita ser explicada.
¿Qué nos queda en la vida sin sueños, esperanza y llanto?
Mi vida es un sueño en el que un día descubrí
que era más sencillo imaginar las cosas
como a mi me gustaría verlas
y no verlas como realmente eran.
Un sueño en el que sueño
que cuando alguien pone todo de su parte
por alcanzar una meta, lo consigue.
No pierdo la esperanza de que algún día esa persona
se de cuenta de que sigo aquí,
que no importa el tiempo,
no importa el daño, no importa la dedicación.
Mi llanto ahora habla por mi.
No refleja felicidad sino tristeza,
no refleja desenvoltura sino impotencia…
Trato de reprimirlo, pero no puedo,
necesita gritar a voz viva ¡basta! dame un respiro…
¿qué pasa cuando se pierden los sueños,
la esperanza y el llanto?
Mi mundo es una canica con la
que otros juegan a su antojo.
Con cada golpe, cada movimiento,
cada caída, destruyen uno de mis sueños.
Tenía sueños por miles, y ahora los cuento con una mano.
Cuando un sueño se destruye se pueden crear nuevos sueños,
pero es difícil creer en ellos después de tan radical extinción.
No hay esperanza cuando caes siempre en el mismo agujero.
La experiencia te advierte dónde poner la mano
para la próxima caída, no hay más.
La esperanza es para los soñadores,
pues necesitamos creer que aquello con lo
que soñamos puede llegar a verse cumplido.
Cuando ya no queda llanto ni para expresar
un momento feliz ni uno triste,
quiere decir que nuestra alma está tan cansada
que no es capaz de expresar lo que siente, se muere…
Sigo soñando, tú apareces en mis sueños,
mientras mi llanto expresa mis sentimientos
y mantiene viva la esperanza.
Pero no por mucho, llegará el día en el que ese llanto cese
y ya no sea necesaria la esperanza,
entonces dejarás de estar en mis sueños
y sólo formarás parte del recuerdo.
A veces, cuando dejas de soñar con algo es cuando,
eso que en su día formó parte de tu vida,
se planta ante ti esperando ser aceptado de nuevo.
Pero entonces ya es tarde
porque hay trenes en la vida que sólo pasan una vez.
Estoy en tu parada y miras de lejos el vagón…
arrancarlo es lo más complicado,
pero una vez que se empieza coge en poco velocidad.
La vida parece más complicada de lo que en realidad es.
Ser feliz parece tarea ardua, pero creo que es
porque no ponemos lo suficiente de nuestra parte
por hacer que funcione.
Nos fijamos en detalles sin importancia
que a la larga nos salen costosos.
Las lágrimas son necesarias,
muestran nuestro lado más humano.
Expresan que hay sentimientos,
que lo que las causo no fue un simple hecho,
sino que nos rozó el corazón.
Que tus lágrimas sirvan para regar los campos
y hacer que las flores crezcan allí donde más falta hacen,
que su causa sea por algo justo
y que de verdad merezcan la pena.
No lloro porque mi sueño se rompió,
lloro porque lo rocé
y se me fue de las manos sin poder hacer nada.
Ahora tengo un motivo por el que sonreír y llorar, Tú.
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