Hoy, haré mías tus caricias
y tus manos suaves y seguras
Serán dueñas de mi suavidad
y de la magnitud de mi dureza
Tu aliento, Ese aire que expele tu boca
Terminara acunado en mi pecho
Todas tus miradas como ríos
Desembocaran en mis ojos sedientos
Tu mirada sera tan mía
Como del techo, mudo
Que observara nuestra entrega
Tu piel no sera tuya sino mía
Como mía la piel que arropara tu cuerpo
Pues la tuya quedara derretida
En la almizclada humedad de nuestro lecho!
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