PARA SIEMPRE
Hipnotizado por tu cuerpo perfecto,
la sensualidad de tus líneas
me atrapa y me hace tuyo,
haciendo que nazca en mí
la palpitante sensación que me electriza
como un rayo caído del cielo
atravesando mi cuerpo.
Ebrios de alcohol,
envueltos por la humareda azulada
del tabaco del éxtasis
que estamos inhalando de nuestros labios,
nos dejamos llevar por una pasión
que nace a cada latido de nuestros corazones,
a cada mirada flamígera que nos dedicamos,
a ese gesto insolente y provocador
con el que nos mordemos el labios inferior,
rúbrica húmeda
de nuestra hambre por el otro.
Nos mostramos el uno frente al otro,
desnudos de cuerpo y alma,
indefensos como recién nacidos,
pues acabamos de arribar a este nuevo mundo,
el de tu carne y mi carne,
el de tu deseo y el mío,
el de querer hundirme entre tus piernas,
arropado por las olas de espuma rugientes
que genera tu mar de pliegos rosados
y perderme en tu interior,
hundir la espada de mi verga
en tu perfecta apertura
y escucharte gritar de placer,
crear con nuevas voces
el canto de mi voz a los cielos.
Y aprovechar este escondite improvisado,
lejos de las miradas inoportunas de los curiosos,
lejos de los amigos de lo ajeno,
unidos tú y yo,
mientras tus nalgas chocan contra mi pelvis
y la acarician con su perfecta redondez
y me revelan el secreto de otra parte de tu cuerpo,
cegado por el fulgor de tu calzado,
la erótica del brillante charol negro
en contraste con el blanco cremoso de tu piel
estremecida por mis embestidas anhelantes.
Derramar un mar de espuma dentro de ti
y gritar yo tu nombre
en este maravilloso momento de éxtasis
que me transporta a la morada de los dioses,
convertirte en mi divina deidad,
en mi musa,
en mi deseo,
en mi pasión,...
para siempre.
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