Qué hermoso es hablar con gente sencilla.
Gente que no malinterpreta,
siempre buscando la punta a todas las cosas.
Gente que sonríe sin miedo
y te da la mano sin condiciones.
Qué hermoso es hablar con gente
que no saca pecho
en cada conversación.
Gente que no hable tanto de sus méritos
y de su posición social.
Gente que no se cree superior a ti,
que te respete sin conocerte de nada.
Normalmente,
con la gente común no pasa asi
con ellos el respeto te lo tienes que ganar.
Qué hermoso es reír
con alguien que no intentará
engañarte para sacar un beneficio.
Gente que no oculta nada
Gente que te saluda con una mano
sin tener un puñal en la otra.
Gente que no se dedica a criticarte,
sino a disfrutar de tu presencia.
Gente que saben saborear los buenos
momentos de la vida.
No quiero a mi lado a personas
“sabelotodo”
que no saben escuchar.
Personas que se creen “algo”
por tener una buena posición social.
Gente que analiza cada una de tus palabras
y cada uno de tus gestos
Me quedo con la gente simple y llana.
Gente sin egos hinchados
y si caretas elaboradas
Las falsas sonrisas ya no me hacen sonreír.
Por eso te recomiendo,
para tu propio auto-crecimiento,
que te rodees de gente sencilla,
porque serán
los que te ayuden en tu camino.
Porque serán, en definitiva,
los que te ayuden
a eliminar las piedras del camino.
Me gusta la gente simple
que al vino le llama vino
la que al pan llama pan
y enemigo al enemigo
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