Tu partida ha dejado en mi corazón
frío helado de invierno,
nubes negras que parecen
no van a despejar al cielo.
Tus palabras de adiós
han provocado en mí
un estanque de gélidas aguas
que no se mueven, que están petrificadas.
Lluvia fría de invierno
que te empapa el alma
que te desploma y te hunde
que no sientes calor con nada.
Frío en mis entrañas,
frío en mis huesos
¡quiero que tu recuerdo
con este invierno se vaya!.
Y que de nuevo los días
vuelvan a ser coloridos
que florezcan las flores,
que reviva mi alma.
¡Si no fuera por este frío
que me congela la cara
diría que me siento muerta
que mi cuerpo ya no percibe nada!.
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