Eres el tibio sol de la mañana
que me arrulla entre sus brazos...
Quien cada amanecer me hace sentir
el aliento de un suspiro de tu boca,
la brisa fresca con aromas de jazmín
que de tu jardín entra por mi ventana,
porque tú eres siempre primavera...
Eres noche clara de luna llena
que me arrulla entre sus brazos...
Quien me da cobijo en su anochecer
y llena de armonías mis sueños,
cuando entre tus besos vuelvo a nacer
rompiendo el silencio cada mañana,
porque siempre fuiste primavera...
Como la brisa que incita al pecado
y despierta la llama en mis sueños;
quien me salva y a tus brazos me condena
a vivir para verte y sentirte de nuevo;
como la luna que a su noche espera
y desespera por ti en cada madrugada...
esperando tu llegada, primavera...
Eres la luz que se me marchó
dejando huérfano mi desdeño...
Tu recuerdo se refugia en mi piel
y tu miel se pierde en mi canción
dejando besos de carmín en el ayer,
en un papel diciendo adiós...
Siempre serás mi primavera...
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