NUNCA LO SABRÁS

 

En mi corto paseo diario
Tengo siempre una parada fija,
Es una tienda de ropa 
 
Tiene unos vestiditos preciosos
Me imagino a mi linda princesa,
Vestida cada día con un color.
 
A su madre riñéndole por manchar
Una ropa tan cara con su gran helado,
Pero ella no comprende aún esa bronca.
 
Sus ojos se iluminan cuando la agarro
Porque sabe que es para jugar con ella,
Y si hay un parque, me señala para llevarla.
 
Bendita inocencia de los niños
Que no entienden de prejuicios,
Ellos solo quieren, siempre cariños.
 
Lloro al pensar, que nunca leerá
Todo mi amor prohibido por ella,
Ojalá, haya otra vida para poder verla.