Nos pasamos la vida buscando al amor de nuestras vidas (¿existe eso?), tratando de encontrar la pareja perfecta, dejándole al otro la pesada labor de cumplir nuestras expectativas, imaginando que algún día, los cuentos de hadas que conocimos de pequeños, se harán realidad y todos serán felices para siempre.
Crecemos con la idea de que el amor lo puede todo, y vamos por la vida buscando a nuestra “alma gemela” o nuestra media naranja, alguien que nos repare, nos complete y nos haga felices.
Pero la realidad es que nada de esto sucede así como así. Todos conocemos personas solteras, que no han encontrado aún a ese ser que los llene; parejas separadas pues el “amor”, no fue suficiente… o peor aún, personas que están juntas por costumbre, obligación, o comodidad, incluso cuando tienen a alguien más.
Queremos las cosas fáciles, y el amor también. Nadie nos ha enseñado que el AMOR es algo propio. El AMOR nace desde dentro de nosotros mismos, y ese AMOR debe ser el más importante de nuestras vidas. Este AMOR, el primer y más grande, debe ser el de nosotros mismos, pues somos los únicos que estaremos con nosotros por el resto de nuestras vidas.
Debemos conocernos, aceptarnos, amarnos, sanarnos. Solo de esta manera se determinará el tipo de relaciones que tengamos en la vida, y el éxito o fracaso de ellas. Estando solos o acompañados, podremos ser felices y plenos sin que ésto dependa de alguien más (o la ausencia de) pues solo nosotros somos responsables de ser felices o infelices.
Solo así, estaremos COMPLETOS, y no andaremos por la vida buscando pedacitos que nos completen, pues cada uno de nosotros es como una pieza de rompecabezas. NO todas encajan, pero somos tercos y queremos que la pieza rectangular, encaje en el espacio cuadrado que tenemos…
Un poco imposible, ¿no?
El amor propio te permite sentirte amado, completo, pleno y capaz. Y solo así, podrás estar con alguien más y disfrutarlo, pues la compañía se dará por gusto, por amor, no por necesidad ni para llenar nuestros espacios vacíos.
Crecemos con la idea de que el amor lo puede todo, y vamos por la vida buscando a nuestra “alma gemela” o nuestra media naranja, alguien que nos repare, nos complete y nos haga felices.
Pero la realidad es que nada de esto sucede así como así. Todos conocemos personas solteras, que no han encontrado aún a ese ser que los llene; parejas separadas pues el “amor”, no fue suficiente… o peor aún, personas que están juntas por costumbre, obligación, o comodidad, incluso cuando tienen a alguien más.
Queremos las cosas fáciles, y el amor también. Nadie nos ha enseñado que el AMOR es algo propio. El AMOR nace desde dentro de nosotros mismos, y ese AMOR debe ser el más importante de nuestras vidas. Este AMOR, el primer y más grande, debe ser el de nosotros mismos, pues somos los únicos que estaremos con nosotros por el resto de nuestras vidas.
Debemos conocernos, aceptarnos, amarnos, sanarnos. Solo de esta manera se determinará el tipo de relaciones que tengamos en la vida, y el éxito o fracaso de ellas. Estando solos o acompañados, podremos ser felices y plenos sin que ésto dependa de alguien más (o la ausencia de) pues solo nosotros somos responsables de ser felices o infelices.
Solo así, estaremos COMPLETOS, y no andaremos por la vida buscando pedacitos que nos completen, pues cada uno de nosotros es como una pieza de rompecabezas. NO todas encajan, pero somos tercos y queremos que la pieza rectangular, encaje en el espacio cuadrado que tenemos…
Un poco imposible, ¿no?
El amor propio te permite sentirte amado, completo, pleno y capaz. Y solo así, podrás estar con alguien más y disfrutarlo, pues la compañía se dará por gusto, por amor, no por necesidad ni para llenar nuestros espacios vacíos.
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