Este camino histórico une a las localidades de El Burgo y Ronda,
atravesando para ello parte de la comarca de la Sierra de las Nieves
Ficha
Comarca: Sierra de las Nieves
Nivel de dificultad: Media-alta
Tipo de ruta Lineal
Duración aproximada: 7 horas 30 minutos (sólo ida)
Longitud del trayecto 23,7 kilómetros (sólo ida)
Altura mínima 703 metros
Altura máxima 1.050 metros
Ubicación
Este camino histórico une a las localidades de El Burgo y
Ronda, atravesando para ello parte de la comarca de la Sierra de las
Nieves. Como ruta está incluida también dentro de los 35 itinerarios de
la Gran Senda de Málaga
Cómo llegar al punto de partida
Desde el pueblo de El Burgo hay que dirigir los pasos hacia el río
Turón. Al otro lado de la carretera que une a este pueblo con Yunquera,
se puede ver un amplio carril forestal que discurre en paralelo con el
cauce del río, que quedará a la derecha.
Como ruta está incluida también dentro de los 35 itinerarios de la Gran Senda de Málaga
Descripción de la ruta
1
Este camino, a pesar de superar los 20 kilómetros de longitud, es
cómodo y tiene escasas pendientes. En los primeros kilómetros estará
acompañado muy de cerca por las aguas del río Turón. No habrá que
resistirse a la tentación de acercarse a su cauce, ya que hay varias
ramificaciones del camino que llegan hasta la misma orilla de una forma
fácil y cómoda. Entre esas aproximaciones está la que sugiere acercarse
hasta una pequeña presa, de la que habitualmente se pueden ver grandes
chorros de agua.
2
La ruta va posteriormente alejándose del curso del río en altura, con
algunas ligeras pendientes que permiten tener una mayor perspectiva del
frondoso valle en el que nos encontramos. A partir del cuarto kilómetro
se llega a la altura del llamado Dique del Nacimiento, que está justo a
los pies del promontorio rocoso donde se encuentra el Mirador del
Guarda Forestal, declarado como Monumento Natural de Andalucía.
Pronto, a la derecha, se podrá ver esta famosa presa del Turón
3
Entre los kilómetros 8 y 9 de la ruta hay que estar muy atentos a una
salida indicada a la derecha con una baliza de madera. Ahí se señala el
desvío que hay que seguir a través de un camino estrecho que desciende
hacia el río del Burgo, afluente del Turón. Una vez que se cruza este
arroyo hay que buscar la ribera de otro río hermano, el arroyo de Lifa,
que debe quedar a la izquierda de nuestro sentido. Aquí comienza la
incursión por el valle de Lifa.
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El siguiente gran hito que nos debe marcar la ruta es la torre de
Lifa, una atalaya que apenas se mantiene en pie, donde se dice que
estuvo el castillo de Lys, una de las fortalezas que apoyaron la
sublevación de Bobastro y terminaron siendo arrasadas por los Omeyas.
Este es, sin duda alguna, uno de los lugares más mágicos de la provincia
de Málaga.
Donde hoy apenas una torre antes estuvo el castillo de Lys
5
Tras pasar junto a la torre se llega al cortijo de Líbar, que hay que
atravesar completamente. Habrá que pasar por su entrada, que estará
cerrada. Así mismo habrá que dejarla una vez que se haya entrado, ya que
así se evitará que se escape el ganado. Después de recorrer
longitudinalmente esta gran finca, habrá que salir de ella y emprender
un descenso hacia la gran meseta que precede a Ronda. De hecho, la
ciudad del Tajo se verá con facilidad desde allí. Para llegar a su casco
urbano restarán unos cuantos kilómetros que se harán a través de un
camino ancho y totalmente llano.
Fauna y flora
En En el valle de Lifa existe un insólito bosque de cornicabras, un
arbusto que raramente se puede ver en estas latitudes. Otras especies
arbóreas que se pueden ver en esta zona son enebros, encinas, acebuches,
pinos, alcornoques, álamos o chopos.
Con algo de suerte y mucho sigilo, algunos privilegiados incluso observarán el paso fugaz de la escurridiza nutria
En lo que se refiera a fauna, en el río se podrán ver barbos, bogas,
culebras y galápagos. Con algo de suerte y mucho sigilo, algunos
privilegiados incluso observarán el paso fugaz de la escurridiza nutria.
Además de algunos buitres leonados, se podrán llegar a apreciar otras
aves, como abubillas, aguiluchos cenizos, cernícalos, golondrinas,
alcaudones o martines pescadores.
Arriba: El camino principal a veces tiene ramificaciones que nos
invitan a acercarnos al río. Izquierda: El buitre leonado suele
sobrevolar este insólito paraje. Derecha: Aunque muchos prefieren usar
los caminos estrechos que discurren en paralelo al camino principal, no
hay que perder nunca éste de vista
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