Sin esperar que los acontecimientos se sucedan
y siendo consciente que la paciencia es la mejor virtud
para dejar pasar...otros trenes, mejor, a veces,
sin pensar, dejar que la vida fluya y nos lleve.
Ayer me preguntaba de pasada un gran amigo.
"¡¡Guapa!! ¿Dónde vas?"
no lo pensé, contesté sin mirar,
corriendo hacia (Dios sabe dónde)
"¡Dónde la vida me lleve!".
Y, lo reconozco, no siempre es bueno controlar
y tomar decisiones sobre tu vida. A veces,
hay que dejar que la vida vaya sola...
tranquila, en paz y dejándote querer y sorprender.
Por ello, amigo, hoy te digo:
Gracias siempre, gracias por estar a mi lado,
tanto tiempo, en lo bueno y lo malo,
en mis días soleados y en mis algunas tormentas
y que decir del amor generoso
que procesas sin ser correspondido en la misma medida.
Gracias, amigo, siempre por tu apoyo y tu fuerza.
Sobretodo esa mirada limpia de amigo
con ese matiz oprimido por el amor pasional no encontrado.
Esos ojos verdes que reflejan tu pasión,
a la vez tan tiernos y dulces.
Esa búsqueda permanente de mi mirada esquiva.
Nunca serás mi amor de pareja, mi marido o mi pasión.
Pero te aseguro que siempre tienes mi apoyo firme,
que te quiero y soy tu amiga.
Gracias por tu amor generoso.
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