Hoy me gustaría amarte
con la misma intensidad,
con la que tú me ignoras.
Se que vienes como el viento
desempolvando neuronas,
y poniendo viejas trampas
a un corazón que aun pulsa herido.
El beso que no me diste en el adiós
germino en mi cabeza jaquecas,
y un basural de recuerdos secos.
Tus caprichos me caminaron
un tiempo por dentro
desalojando lo que para ti
era innecesario; como mi corazón cursi
y el gusto por el chocolate.
Si la imaginación
es una forma de ser libre.
Recordar es una forma
de continuar preso...
Así voy a destrozar cosas irreales,
antes de que descarrile
en una loca avalancha de humo.
Y para que yo, siga siendo yo:
necesito que tu ya no existas en mi.
Eres mujer de arena que deslava el devenir.
Mudarme de sueño
no serviría de nada,
igual cambiar de rostro.
Comprobaría que los mismos fantasmas
seguirían con tu nombre.
Y tu sonrisa estaría sobre mi cara.
Quizás solo sea cuestión
de cambiar de zapatos
llevo los mismos desde aquel fatídico día
en que decidí invertir en un corazón
que pulsa aparte, viviendo a otro ritmo.
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