No esperes escuchar lo
que ayer me hiciste callar,
pues aunque mi boca sangre al no decirlo,
será de tus labios donde se resuelva el infinito;
sólo no tardes,
ya que la eternidad no espera,
y quizás mañana estas heridas
no vuelvan a ser abiertas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario