Arráncame la vida...
hoy muere mi alma de frio...
Al fin y al cabo para ti he nacido.
Lo supe desde el día cuando vi el primer destello de luz que abrió mis ojos.
Y tú sin poder del destino ocultarte llegaste a mi vera al momento exacto
trayéndome ramilletes de suspiros en tus labios.
En noches incendiarias de las cuatro lunas entraste hasta mis venas
revoloteando tus alas quedando tus besos
en las recónditas grietas de mi alma…
vestigios del amor que en mí se agita.
En nuestras horas que ante ti
se abrían candentes mis deseos conjuramos los misterios
y vimos a una guiñarnos las estrellas.
Y fui mariposa aleteando tus praderas
y fuiste bebiendo el elixir de mi cáliz y mis pétalos.
Absorbió mi piel tu polen fluorescente
y quedó impregnado en mi ser. Arráncame la vida…
porque sin ti ¡para que la quiero!
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