Y ahora, es la locura que poseo,
esta locura sera mi alma,
que ya no corra ni camine descalza.
Seré libre de escribir los versos que te escribo
y libre de mirar tus miradas que fueron para mi,
en todas tus fotos,
esas que se clavaban en la raíz de mis sentidos.
seré el fuego que se va apagando con el tiempo,
que no aleja los recuerdos ni los sueños que ya no concilio,
son los susurros maltrechos en mis oídos de tus suaves palabras
a los dedos cansados de describir con palabras la dulzura de tu mirar.
Esas noches de soledad en compañía con la mirada fija
en la luna buscando el pensamiento eterno,
el suspiro interminable, el adiós que nunca se dijo
y el hola mi reyna que ya no volverá.
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