Amanece lloviendo
Y me invento,
y resurjo,
en cada verso
alumbrado por mis manos.
Cambio el nombre,
la ropa,
la apariencia,
y renazco de nuevo
al saber
que
en el filo
del deseo y lo imposible
estás tú,
que das luz
a mis rutinas.
Cuatro lenguas de fuego
dan vida a mi Alma
y la tuya
es la que proyecta
a mi Ser
que se transforma
en espuma
de mar embravecido,
para sofocar
las sombras
del Abismo Azul.
La mordaza de mi pulso
convierte
mi silencio en reloj,
que avanza
hacia un horizonte
en el que sencillamente
ando descalza.
© mm65 (Rafi Guerra)
Derechos de autor
Del poemario inédito
"La voz que escuchaba su eco sentada en el filo de unos labios".
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