
Hoy añoro tanto tu cuerpo
en el que construí mi templo.
Donde tu eras el universo
de mi mundo de sueños
Hoy paseo junto al diablo
por amarte como te amo.
Ahora sufro mi condena
en esta cárcel sin estrellas.
Hoy doy vueltas con la muerte
en el reino de los infieles.
No se cual es mi pecado
si soy noble como un árbol.
Y como árbol viejo hoy me siento
intentando aferrarse al suelo.
Envejecido por el paso del tiempo
y de los eternos inviernos.
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