De una herida pase a otra
y la última fué aún más profunda…
soy coleccionista de historias rotas
y rasgadas por el tiempo,
un ser humano lleno de cicatrices en el alma,
cada una ha sido un aprendizaje de lo
que quiero y no quiero en mi vida…
Y hay que aceptar que aquí sigo con un corazón
que muere y revive, que se rompe
y se reconstruye cada día, que se pone en huelga
y se toma sus vacaciones,
que toma café y se desvela, que es flojo
y holgazán algunas veces,
que es tímido y a la vez atrevido
y aún así tengo un corazón alegre a pesar de todo,
orgulloso de sus cicatrices,
el cual no deja de mirar la Luna para seguir soñando
y que al mirar al Sol se fija nuevas metas e ilusiones,
que seguirá en el camino sonriendo hoy,
mañana y… siempre.
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