Necesito un abrazo que no se vaya al amanecer. De esos abrazos verdaderos y sinceros donde no se juntan los cuerpos, se juntan las almas. No quiero cualquier abrazo, si no ya hubiese encontrado uno, tiene que ser dentro de unos brazos puros, unos brazos con buena intención, con un toque de eternidad. Un abrazo que me acepte tal y como soy, con mis defectos y mis dones, con mis malicias y mis bondades, con mis locuras y mis lógicas.
Necesito un abrazo que me haga olvidar las cosas malas del pasado, que me sostenga en las caídas del presente y me apoye a no caer en un futuro. Un abrazo que me quite el dolor y me sane de mis heridas. Que me de el calor que la tristeza me quita, que me de la luz que me falta para seguir adelante. Un abrazo que no me esconda las cicatrices, si no que me hagan olvidarme de que están ahí.
Necesito un abrazo que me diga que las cosas están bien y que seguirán estando bien. Que me motive a seguir adelante y que me de las fuerzas para sobrepasar cualquier obstáculo. Un abrazo que me acompañe a cruzar esta montaña y a disfrutar del viaje.
No quiero un abrazo pasajero, quiero un abrazo sedentario, que haga de mis brazos su casa y de mi cuerpo su templo. Un abrazo que haga que las manos dejen de ser manos y que las convierta en raíces que se hunden en el cuerpo del otro, donde uno es el otro y viceversa.
En fin, necesito un abrazo cálido, que me llene de paz, calma y tranquilidad. Un abrazo que arregle el mundo de afuera y desaparezca cualquier mal. Un abrazo que conquiste todas mis tristezas y las transforme en felicidades. Un abrazo que haga de cada derrota una victoria y de cada caída un aprendizaje.
Necesito un abrazo tuyo...
Necesito un abrazo que me haga olvidar las cosas malas del pasado, que me sostenga en las caídas del presente y me apoye a no caer en un futuro. Un abrazo que me quite el dolor y me sane de mis heridas. Que me de el calor que la tristeza me quita, que me de la luz que me falta para seguir adelante. Un abrazo que no me esconda las cicatrices, si no que me hagan olvidarme de que están ahí.
Necesito un abrazo que me diga que las cosas están bien y que seguirán estando bien. Que me motive a seguir adelante y que me de las fuerzas para sobrepasar cualquier obstáculo. Un abrazo que me acompañe a cruzar esta montaña y a disfrutar del viaje.
No quiero un abrazo pasajero, quiero un abrazo sedentario, que haga de mis brazos su casa y de mi cuerpo su templo. Un abrazo que haga que las manos dejen de ser manos y que las convierta en raíces que se hunden en el cuerpo del otro, donde uno es el otro y viceversa.
En fin, necesito un abrazo cálido, que me llene de paz, calma y tranquilidad. Un abrazo que arregle el mundo de afuera y desaparezca cualquier mal. Un abrazo que conquiste todas mis tristezas y las transforme en felicidades. Un abrazo que haga de cada derrota una victoria y de cada caída un aprendizaje.
Necesito un abrazo tuyo...
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